Bebidas sin alcohol en adictos

Bebidas sin alcohol en adictos: ¿Son seguras para personas en recuperación?

Contenidos de este artículo

Las bebidas sin alcohol, como la cerveza, el vino y hasta gin tonics sin alcohol, están ganando popularidad. Prometen el mismo sabor y experiencia sin los efectos negativos del etanol. Sin embargo, para personas con antecedentes de adicción, estas alternativas podrían no ser tan seguras como parecen. Como psiquiatra especializado en adicciones, analizaré la conveniencia de las bebidas sin alcohol en adictos y te explicaré si estas bebidas realmente ayudan o si representan un riesgo de recaída.

Bebidas sin alcohol en adictos: ¿Realmente son una opción segura para personas con adicción?

Veamos, en primer lugar, cómo afectan las bebidas sin alcohol al cerebro y cómo pueden influir en la recuperación de una persona adicta.

El cerebro y las bebidas sin alcohol

Para entender el peligro, hay que comprender cómo funciona el cerebro en personas con adicción. La adicción al alcohol genera cambios en el sistema de recompensa del cerebro, asociando ciertos estímulos (sabor, olor y rituales) con el consumo de la sustancia.

Aunque una cerveza sin alcohol o un gin tonic sin alcohol no contengan etanol, imitan de manera casi perfecta el proceso de beber alcohol. Esto puede reactivar la memoria de consumo y desencadenar el craving, ese intenso deseo de volver a consumir.

¿Pueden las bebidas sin alcohol en adictos provocar una recaída?

Sí, las bebidas sin alcohol pueden ser un detonante para recaídas en personas con adicción. A continuación, algunas razones clave:

1. Reactivan patrones de consumo.
Beber una cerveza o un vino sin alcohol puede recrear los mismos rituales asociados a la adicción. A tu cerebro le está llegando la siguiente información: “Estoy bebiendo una cerveza/vino/gin tonic”. El “sin alcohol” no lo procesa, porque la mente no entiende la negación; tu no puedes “no pensar en un elefante” (no voy a desarrollar ahora esto, porque me extendería mucho). En cualquier caso, esto puede llevar a pensamientos peligrosos como los que veremos a continuación.

2. Autoengaño y falsa seguridad.
Consumir estas bebidas puede generar un falso sentido de control. La persona podría pensar que ha superado su adicción, debilitando su compromiso con la sobriedad, al llegar a conclusiones erróneas como: “Si puedo controlarme con una sin alcohol, ¿por qué no probar una real?”

3. Pequeñas cantidades de alcohol.
No todas las bebidas etiquetadas como “sin alcohol” son 100% libres de etanol. Por ejemplo, las cervezas sin alcohol pueden contener hasta un 0.5% de alcohol, lo cual puede ser suficiente para desencadenar una respuesta física y psicológica en alguien que está en recuperación. Además, si estás en tratamiento con un fármaco interdictor del alcohol (por ejemplo, disulfiram o Antabus) te estás exponiendo al riesgo de desencadenar una respuesta adversa al contacto con el alcohol. Hablo de estos fármacos interdictores y su mecanismo de acción en este artículo.

4. Impacto emocional.
Revivir la experiencia sensorial del consumo puede generar emociones negativas como nostalgia o frustración, poniendo en riesgo la estabilidad emocional lograda. Además, en personas que NO presentaban un problema directamente relacionado con el alcohol, pero que este actuaba como detonante de otros consumos (por ejemplo, personas que beben algo de alcohol y su cabeza les empieza a pedir consumir cocaína), estas bebidas pueden activar las mismas vías cerebrales que detonan el consumo de otras drogas.

5. Romantizar las bebidas alcohólicas.

Párate a pensar esto: Si un viejo amigo te hubiera engañado, estafado, robado dinero y hubiera roto tu matrimonio, ¿le querrías de vuelta a tu vida al cabo de un tiempo? ¿buscarías un sustituto que se pareciera a él físicamente? ¿te apetecería frecuentar los mismos lugares donde os encontrábais?

Espero que esta comparación sea lo bastante dura como para abrirte los ojos.

Cuando uno consume estas bebidas sin alcohol en realidad se está diciendo: “No quiero renunciar a estas bebidas, las quiero en mi vida, por mucho daño que me hayan causado”. Por supuesto, no quiere sus efectos negativos, y por eso las busca sin el tóxico (el alcohol) pero al final, lo que está ocurriendo es que romantiza una serie de bebidas que en realidad deberían generarle rechazo, puesto que le han causado mucho daño. En eso trabajamos mucho en terapia para que la persona pueda cambiar su forma de ver el alcohol, y así lograr superar su adicción, no desde la nostalgia, sino desde el deseo de alejarse de este tóxico líquido.

Alternativas seguras a las bebidas sin alcohol en adictos

Si estás en recuperación de una adicción, lo mejor es optar por bebidas que no imiten ni la apariencia ni el sabor del alcohol. Aquí te dejo algunas opciones seguras:

  • Infusiones frías naturales con frutas y hierbas.
  • Aguas saborizadas caseras (sin alcohol ni azúcar añadido).
  • Mocktails (cócteles sin alcohol) que no se asemejen a bebidas alcohólicas.
  • Kombucha o bebidas fermentadas bajas en azúcar, siempre bajo supervisión profesional.
  • Refrescos, zumos de frutas y limonadas
  • Agua con gas, hielo y limón

Estas alternativas no solo son seguras, sino que no reactivan los recuerdos y asociaciones con el consumo de alcohol.

Según lo anterior, ¿son recomendables las bebidas sin alcohol en adictos?

Las bebidas sin alcohol pueden parecer una opción inocente, pero para quienes están en proceso de recuperación, representan un riesgo importante. La imitación del sabor, el olor y el ritual del consumo puede desencadenar deseos intensos de volver a consumir, poniendo en peligro todo el progreso logrado. Además del significado psicológico que tiene el hecho de que busques estas bebidas para ti (lo que te explicaba antes del viejo amigo traidor).

Si tienes antecedentes de adicción, consulta siempre con un profesional antes de introducir bebidas sin alcohol en tu rutina. Mantener la sobriedad no solo implica evitar el alcohol, sino protegerse de cualquier estímulo que pueda reavivar la adicción.

Como suelo decir a mis pacientes: “Si algo te acerca al problema, aunque parezca inofensivo, es mejor evitarlo”.

Si estás en recuperación o tienes dudas sobre tu proceso, no dudes en consultar con un especialista en adicciones. La ayuda profesional puede marcar la diferencia.

Espero que esta información te haya resultado útil. Si tienes dudas en relación a tu caso en particular, no dudes en preguntármelo para que te asesore.

Si quieres hacer algún comentario, rellena el siguiente formulario y te responderé encantado!