La ansiedad se la conoce como “el mal de las mil caras”, porque puede adoptar distintas formas.
Además, las causas de que sufras ansiedad también son múltiples:
- Situaciones de estrés (personal, laboral, o de otra índole)
- Problemas en el estado de ánimo
- Eventos traumáticos previos
- Ciertos sucesos biográficos
No obstante, a veces no existe una causa clara, ni tampoco es necesario conocerla para poder tratar la ansiedad con éxito. Muchas terapias se centran en conocer la causa como si esta fuese la clave para su tratamiento, cuando a menudo conocer de dónde viene no te llevará a saber cómo librarte de ella. Por eso un servicio de psiquiatra experto en ansiedad generalizada es la mejor solución en estos casos.
Si sufres o has sufrido ansiedad, seguro que alguna vez:
- Has sufrido presión en el pecho
- A veces tienes la sensación de que te falta el aire
- Se te acelera el pulso y empiezas a sentir miedo
- Sufres una inquietud que no te permite pensar en otra cosa
- Evitas ciertos lugares o situaciones por miedo
Cuando alguien sufre ansiedad a menudo presenta síntomas físicos que le generan mucho malestar. Además, existe ese presentimiento de que algo malo va a ocurrir.
Es fácil que si te ocurre esto, te encuentres a menudo anticipándote a situaciones futuras, casi siempre «en negativo», imaginando escenarios catastróficos.
Los que han presentado ansiedad saben lo terrible que puede llegar a ser. Sobre todo al principio, cuando uno no sabe qué le ocurre.
Muchas personas acuden a terapia con la sensación de que han perdido el control. De que ya no hay nada que hacer.
Sufren síntomas molestos, como opresión en el pecho, sensación de ahogo, mareos, nerviosismo…
Y esto les lleva a pensar que van a perder el control, a volverse locos, o incluso a morir.
¡Pide ayuda!
En su forma más intensa (que no la más grave) incluso puede llegar a presentarse en forma de crisis de pánico, extremadamente invalidantes para quien las sufre:
Esos momentos en que la ansiedad sube como si fuese electricidad por tu cuerpo, hasta llegar a tu nuca y tu cabeza, y llega un momento en el que sientes que no puedes controlar tu mente. En ese momento, empiezas a sentir calor, a temblar, a tener dificultades para respirar, a sentir que te aprisiona el pecho…
Por suerte, se acaba terminando, pero queda la duda de cuándo será la próxima crisis…
Las personas que presentan ansiedad se sienten muy solas, pues cuando tratan de explicar lo que les sucede, a menudo se encuentran con respuestas como «trata de calmarte», «no pienses en eso», «respira». Y claro, es muy fácil decirlo, pero hacerlo ya es harina de otro costal.
¿Entonces qué ocurre? Pues que nos sentimos todavía peor! Porque:
- Sufrimos ansiedad
- Somos incapaces de hacer lo que «todo el mundo» haría, por lo que encima nos sentimos inútiles e incomprendidos.
Pero por suerte, tengo una propuesta de solución a lo que a ti te ocurre.
Y además, esta será mucho más rápida de lo que crees.
Desde la Terapia Breve Estratégica tenemos una manera de abordar la ansiedad de forma muy específica y personalizada. Concreta.
Nada de largas terapias difusas donde no tienes claro el objetivo de la misma ni si esta te va a ayudar.
Vamos a empezar a trabajarlo desde la primera sesión. ¿Cómo? Pues el esquema del tratamiento será más o menos así:
Fase diagnóstica
En la primera sesión (a veces dos primeras sesiones), vamos a analizar en profundidad tu caso: Qué te ocurre, desde cuándo, conocerte bien a ti y al problema que presentas. También voy a tratar de darte una orientación diagnóstica y una primera tarea para hacer en casa para poder ya empezar a manejar la ansiedad de un modo distinto. Como psiquiatra, también voy a descartar otras causas médicas que podrían causarte síntomas similares a la ansiedad, pero con un origen físico completamente distinto. En el caso de que sea necesario, valoraremos también la posibilidad de un tratamiento farmacológico (¡ojo! Solo si es necesario y estás de acuerdo con esto, aquí la última palabra la tienes tú).
Fase de intervención:
Una vez que hemos finalizado la fase diagnóstica vamos a empezar a evaluar como respondes a las primeras pautas y la forma en la que manejar de forma correcta tu ansiedad.
En este momento empezarás a sentir que empiezas a tomar el control de lo que te ocurre. Sabrás qué debes hacer cuando la ansiedad te visite, y además vamos a diseñar una serie de herramientas para que puedas aprender a manejarla.
Tendrás «tareas» que hacer en casa, y si las cumples al pie de la letra no tardaremos en «conocer al enemigo» y darle caza. Esta fase suele estar comprendida entre la segunda y la cuarta sesión.
Fase de mantenimiento
Una vez que hayas conseguido librarte de la ansiedad, vas a tener una sensación extraña de “calma tensa”.
En ese momento, vamos a realizar un trabajo de consolidación de los cambios, para que estos se mantengan en el tiempo. También aquí se inicia el programa de prevención de recaídas. Esta fase suele estar comprendida entre la cuarta y la sexta sesión. En el caso de estar con medicación, puede dilatarse en el tiempo un poquito más, pero de forma más espaciada.
Cierre de la terapia
Como su nombre indica, esta suele ser la última sesión. Aunque ahora te parezca increíble, terminarás dándole un nuevo significado a tu ansiedad, y esto te llevará a saber cómo aprovecharla en tu beneficio, si nunca volviese a visitarte de nuevo.
Siempre dejamos la puerta abierta a nuevas consultas, por supuesto, pero el objetivo es que te conozcas más, entiendas mejor cómo funciona la mente, y te lleves estas herramientas contigo y para siempre. Con esto, daremos por finalizada la terapia.
Mi objetivo es que identifiques la causa de tu ansiedad, que aprendas a controlarla y que sepas cómo debes actuar cada vez que se presenta esta situación.
¿Quieres que te ayude a superarla?
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