TDAH y altas capacidades

TDAH y altas capacidades: entendiendo la doble excepcionalidad

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Hoy te hablaré de un caso más común de lo que parece: cuando se unen TDAH y altas capacidades. La doble excepcionalidad es un concepto que describe a las personas que presentan altas capacidades intelectuales junto a un trastorno en el aprendizaje, o un Trastorno del Espectro Autista (TEA), o un TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).

Aunque es un tema complejo y amplio, voy a tratar de centrarme en la doble excepcionalidad aplicada al TDAH, trastorno que puede coexistir con las Altas Capacidades Intelectuales, dando lugar a desafíos únicos en el ámbito académico, social y emocional.

TDAH y altas capacidades: un poco de contexto

¿Qué entendemos por TDAH?

El TDAH es un trastorno neurobiológico caracterizado por síntomas de inatención, impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Se presenta en diferentes subtipos: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo-impulsivo, y combinado.

Las personas con TDAH pueden tener dificultades para concentrarse en tareas, seguir instrucciones, o controlar sus impulsos, lo cual afecta su rendimiento en diversos aspectos de la vida, especialmente en el contexto escolar.

¿Qué son las altas capacidades intelectuales?

Las altas capacidades, también conocidas como ‘superdotación’, implican un rendimiento intelectual significativamente superior al promedio. Estas personas se destacan en áreas como el razonamiento abstracto, la creatividad, y la memoria.

Sin embargo, poseer altas capacidades no garantiza el éxito académico, ya que estos individuos pueden enfrentarse a retos específicos relacionados con la motivación, la integración social y la regulación emocional.

La complejidad de la doble excepcionalidad: TDAH y altas capacidades

Cuando se presentan el TDAH y las altas capacidades en la misma persona, hablamos de una «doble excepcionalidad». Este fenómeno no es tan raro como se podría pensar, aunque frecuentemente pasa desapercibido o se diagnostica incorrectamente. A continuación, exploramos algunos aspectos clave que caracterizan esta condición:

Diagnóstico complejo y desafíos en la identificación

La identificación de la doble excepcionalidad puede ser complicada, ya que los síntomas del TDAH a menudo pueden enmascarar las capacidades excepcionales, o viceversa. Por ejemplo, un niño con altas capacidades que se aburre en clase debido a la falta de estímulo intelectual podría mostrar síntomas de inatención o hiperactividad, lo que puede llevar a un diagnóstico erróneo de TDAH sin reconocer su verdadero potencial intelectual.

También es habitual que, a pesar de que la persona presente altas capacidades intelectuales, estas pasan desapercibidas por los déficits de atención propios del TDAH.

Además, la coexistencia de estas condiciones puede hacer que los síntomas sean más difíciles de interpretar para los educadores y profesionales de la salud mental.

Cualidades de los niños con doble excepcionalidad

Los niños con TDAH y altas capacidades a menudo presentan un desfase significativo entre su capacidad intelectual y sus habilidades ejecutivas, que son las responsables de la organización, la planificación y el control de impulsos. Esto puede llevar a un rendimiento escolar irregular, donde el alumno es capaz de destacar en ciertas áreas pero fracasa en otras, especialmente aquellas que requieren una atención sostenida.

También pueden evidenciar una gran creatividad y un pensamiento fuera de lo común, lo que, junto con sus dificultades para seguir las reglas tradicionales del aula, puede hacer que se les perciba como «problemáticos» o desinteresados.

Características comunes de los niños con doble excepcionalidad:

  1. Habilidades excepcionales en áreas específicas (por ejemplo, razonamiento verbal o matemático), combinadas con dificultades para mantener la atención en tareas no estimulantes.
  2. Impulsividad y comportamientos inusuales en el aula, como responder antes de que el profesor termine de formular la pregunta.
  3. Alta sensibilidad emocional y empatía, lo que puede resultar en reacciones emocionales intensas o dificultades para gestionar el estrés.

Abordaje educativo y estrategias para la intervención

El manejo educativo de los niños con TDAH y altas capacidades requiere un enfoque integral que considere tanto sus dificultades como su potencial. Es fundamental implementar estrategias específicas para atender sus necesidades:

  1. Ambiente de aprendizaje personalizado: Es importante adaptar el currículo para que sea lo suficientemente desafiante y estimulante, evitando la monotonía que puede acentuar la inatención.
  2. Técnicas de gestión emocional y habilidades ejecutivas: Enseñar a los estudiantes a desarrollar habilidades de autorregulación y técnicas de estudio que les permitan organizarse mejor.
  3. Apoyo psicológico y terapia conductual: Esto ayuda a los niños a entender su condición, gestionar sus emociones y mejorar su desempeño tanto en la escuela como en la vida diaria.

Diferencias entre TDAH y altas capacidades

Aunque TDAH y altas capacidades pueden parecer opuestos, la realidad es que hay características que pueden coincidir o confundirse. Las siguientes son algunas diferencias y similitudes entre ambas condiciones:

Diferencias clave

  1. Enfoque en el aprendizaje: Un niño con TDAH suele tener dificultades para mantener la atención en cualquier tipo de tarea, mientras que un niño con altas capacidades no suele tener dichas dificultades, a no ser que no le interese el tema en absoluto… ¡Ojo! que esto se complica cuando, la persona con TDAH, presenta lo que llamamos el hiperfoco. Esto es, la capacidad de hiperconcentrarse en tareas que realmente le interesen mucho.
  2. Motivación y frustración: Los niños con altas capacidades y los que presentan TDAH pueden frustrarse con mayor facilidad en un entorno escolar que no se adapta a su ritmo de aprendizaje, lo que puede llevar a comportamientos similares, como inquietud o distracción.
  3. Rendimiento irregular: Es común que tanto los niños con altas capacidades como los que presentan TDAH, tengan un desempeño académico irregular, con excelentes resultados en algunas materias y bajos en otras, especialmente aquellas que requieren memoria a corto plazo o seguimiento de instrucciones detalladas.

Similitudes que pueden causar confusión

  1. Inquietud y comportamientos impulsivos: Tanto los niños con TDAH como aquellos con altas capacidades pueden mostrar inquietud o comportamientos impulsivos, lo que puede dificultar el diagnóstico diferencial.
  2. Problemas para seguir instrucciones: Ambas condiciones pueden implicar dificultades para seguir reglas o instrucciones, aunque las causas subyacentes sean diferentes (falta de interés versus incapacidad para concentrarse).
  3. Dificultades en el entorno escolar tradicional: Ambos grupos pueden tener problemas para adaptarse a la enseñanza convencional, aunque por diferentes razones.

Conclusión: la doble excepcionalidad, cuando une TDAH y altas capacidades, supone un reto a diferentes niveles

La doble excepcionalidad, que combina TDAH y altas capacidades, representa un desafío tanto para las familias como para los educadores. La identificación temprana y la intervención adecuada son clave para ayudar a estos niños a alcanzar su potencial máximo. Adaptar el entorno escolar a sus necesidades, enseñar habilidades de autorregulación y proporcionar un apoyo emocional adecuado son pasos fundamentales para su desarrollo integral.

Es esencial que los profesionales de la educación y la salud mental trabajen en conjunto para diferenciar entre TDAH, altas capacidades y la combinación de ambos. Un diagnóstico preciso y un plan de intervención individualizado no solo mejorarán el rendimiento académico de estos niños, sino que también contribuirán a su bienestar emocional y social.

Espero que esta información te haya resultado útil. Si tienes dudas en relación a tu caso en particular, no dudes en preguntármelo para que te asesore.

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