Hasta hace relativamente poco, no se sabía nada sobre el TDAH, y se consideraba que este estaba limitado casi exclusivamente a los niños, especialmente varones, con comportamientos hiperactivos. “Niños movidos”, para que nos entendamos. Por tanto, el TDAH en mayores de 50 años era algo completamente desconocido.
Esto dejó fuera a millones de personas que no encajaban en ese perfil estereotípico.
Mujeres. Niños y niñas distraídas pero sin hiperactividad y, por supuesto, el TDAH en adultos. En especial el grupo de mayores de 50 años, que muy rara vez eran evaluados y diagnosticados.
“Si en 50 años no me lo han diagnosticado, de poco va a servir que lo hagan ahora”, piensan muchas personas.
Además, en muchos casos, en este colectivo de personas de más de 50 años los síntomas se atribuyen a características de la personalidad —como ser despistado, impaciente o desorganizado— o incluso al envejecimiento natural. Es común que se oigan frases como “es normal a tu edad olvidar las cosas”, cuando en realidad puede haber una causa subyacente.
Actualmente, los avances en psiquiatría y psicología han permitido que los profesionales de la salud mental identifiquen estos síntomas en personas de todas las edades, reconociendo que el TDAH en mayores de 50 años es una realidad y sus síntomas pueden mantenerse o manifestarse de forma diferente con el paso del tiempo.
Síntomas comunes de TDAH en mayores de 50 años
En adultos mayores de 50 años, el TDAH puede adoptar una forma más «silenciosa», pero no menos limitante. La hiperactividad física, típica en la infancia, se va disipando a lo largo de la adolescencia, aunque muchas veces se transforma en una inquietud interna, dificultad para relajarse o pensamientos acelerados. Esto, sin un tratamiento adecuado, puedo perdurar en la edad adulta y generar malestar.
Algunos de los síntomas más habituales del TDAH en mayores de 50 años incluyen:
- Problemas de atención: olvidar citas, perder objetos con frecuencia, dejar tareas a medias o saltar de una actividad a otra sin terminar ninguna.
- Dificultades ejecutivas: baja capacidad de planificación, mala gestión del tiempo, escasa organización y procrastinación frecuente.
- Impulsividad emocional: cambios de humor rápidos, dificultad para controlar la frustración o decir cosas sin pensar.
- Ansiedad, depresión, adicciones: Es común que las personas con TDAH no diagnosticada y/o tratadas, puedan sufrir de otros trastornos emocionales secundarios a este primero, como puede ser ansiedad, bajo estado de ánimo y, muchas veces, algún tipo de conducta adictiva. Además, estos síntomas pueden confundirse con otras patologías como el deterioro cognitivo leve o incluso la demencia, lo que dificulta aún más un diagnóstico correcto.
Impacto en la vida diaria
El TDAH en mayores de 50 años no tratado tiene consecuencias significativas que afectan todas las áreas de su vida:
- Relaciones personales: la impulsividad o la falta de atención pueden deteriorar relaciones familiares o de pareja. Muchos mayores con TDAH experimentan divorcios tardíos o conflictos constantes.
- Autopercepción negativa: después de años sin diagnóstico, muchos se etiquetan como “flojos”, “perezosos” o “torpes”, lo cual merma gravemente su autoestima.
- Problemas laborales o financieros: aunque algunos ya estén jubilados, otros siguen activos o gestionan sus finanzas personales. La desorganización puede traducirse en multas, pagos olvidados, mal manejo del dinero o incluso fraudes no detectados.
Diagnóstico y tratamiento del TDAH en mayores de 50 años
Evaluar a una persona de más de 50 años por TDAH implica un enfoque clínico meticuloso, ya que muchas veces conviven otros trastornos o condiciones médicas:
- El profesional debe indagar en la historia de vida del paciente, buscando evidencias de síntomas desde la infancia o adolescencia.
- También es importante diferenciar entre síntomas propios del TDAH y los de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o trastornos del estado de ánimo.
- Por eso, se utilizan pruebas neuropsicológicas, cuestionarios estandarizados y entrevistas clínicas detalladas para llegar a un diagnóstico acertado.
Uno de los aspectos más valiosos es cuando el paciente descubre que “no está loco” ni “simplemente envejeciendo mal”, sino que tiene una condición tratable que ha estado presente desde siempre.
Opciones de tratamiento
Aunque no existe una cura definitiva, el TDAH en mayores de 50 años puede tratarse eficazmente con un enfoque integral y adaptado a las necesidades del paciente adulto mayor.
1. Tratamiento farmacológico
- Los fármacos psicoestimulantes, como el metilfenidato, pueden ser eficaces, pero deben administrarse con precaución en mayores de 50 años debido al posible impacto sobre la presión arterial, el ritmo cardíaco y el sueño.
- Afortunadamente, también disponemos de tratamientos con psicofármacos no estimulantes como la atomoxetina (entre otros), que tienen menos efectos colaterales y son mejor tolerados en personas con condiciones médicas crónicas.
2. Psicoterapia y entrenamiento en habilidades
- La psicoterapia ha demostrado ser altamente beneficiosa para adultos con TDAH. Ayuda a cambiar patrones de pensamiento negativos, mejorar el control emocional y desarrollar habilidades prácticas para el día a día.
- Técnicas como el mindfulness, la gestión del tiempo y la planificación por bloques son especialmente útiles en mayores que valoran la estructura.
3. Terapia breve psiquiátrica: una alternativa eficaz
Como especialista en psiquiatría, he diseñado un programa de terapia breve psiquiátrica para el TDAH en mayores de 50 años. Esta metodología combina intervenciones precisas, herramientas estructuradas y un acompañamiento cercano en un corto periodo de tiempo, ofreciendo resultados visibles en pocas semanas. Es ideal para personas mayores que necesitan soluciones prácticas, efectivas y compatibles con su estilo de vida.
Conclusión: el TDAH en mayores de 50 años también puede ser diagnosticado y tratado
Aceptar un diagnóstico de TDAH después de los 50 puede ser impactante, pero también profundamente liberador. Saber que muchas dificultades tenían una explicación biológica cambia la perspectiva, da alivio y permite enfocar los esfuerzos en soluciones concretas.
Con un buen diagnóstico y un tratamiento adaptado, se pueden mejorar notablemente la concentración, la autoestima, la gestión emocional y la calidad de vida general. Además, se pueden prevenir otros problemas asociados como la ansiedad, la depresión o el aislamiento.
El TDAH no desaparece con la edad, pero tampoco tiene por qué limitar tu bienestar. Si tienes más de 50 años y sientes que muchas cosas “nunca encajaron”, este podría ser el momento de descubrir qué hay detrás. Estoy aquí para ayudarte en ese camino. Haz hoy mismo el test para saber si tienes TDAH y, si necesitas ayuda, no dudes en contactarme.