Problemas de atención y memoria: cuándo es despiste, ansiedad o TDAH

Problemas de atención y memoria: cuándo es despiste, ansiedad o TDAH

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Problemas de atención y memoria son cada vez más comunes en la vida cotidiana. Desde olvidar las llaves hasta no recordar si cerramos la puerta, estos pequeños despistes generan preocupación y, en algunos casos, miedo a que se trate de algo más serio. Pero no siempre tienen el mismo origen: a veces son simples fallos pasajeros, otras veces están ligados a la ansiedad, e incluso pueden ser un signo de TDAH en adultos.

Comprender qué hay detrás de estos olvidos frecuentes es clave para abordarlos de manera adecuada. En este artículo exploramos, con ejemplos claros y comparaciones prácticas, cómo diferenciar entre ansiedad, despistes normales y problemas de atención asociados al TDAH, y qué señales deben ponernos en alerta.

¿Olvidas cosas con frecuencia?

  • Salir de casa y no recordar si cerraste la puerta.
  • Dejar el café en el microondas y olvidarte de él hasta que vas a calentarte la comida.
  • No encontrar las llaves que acabas de usar.


Los despistes diarios y los olvidos frecuentes son más comunes de lo que parece, pero no siempre significan lo mismo.


A veces son un simple problema de atención pasajero, otras se deben a problemas de ansiedad y en algunos casos forman parte de un TDAH en adultos.

En este artículo vamos a ver, mediante un ejemplo muy típico, cómo diferenciarlos y encontrarles solución.

Ejemplo:

Vamos a imaginar el siguiente escenario:

Vas a cerrar la puerta de tu casa. Te vas. Y al rato piensas ¿habré cerrado la puerta?

Bien. A partir de esa situación tan cotidiana, vamos a desglosar lo que puede estar sucediéndote y cómo en función de lo que sea esto será característico de un problema de ansiedad, de atención, o simplemente de un despiste pasajero sin relevancia clínica.

OPCIÓN 1:

“Estaba pensando en la reunión de ayer, en si me habrían entendido o por el contrario quedé como un incompetente. Entonces al llegar al coche no recordaba si había cerrado la puerta o no”

En estados de preocupación excesiva, solemos sobrepensar, reanalizar situaciones, anticipar problemas… En consulta suelo explicar que cuando alguien sufre ansiedad es como si la atención se tornara hacia adentro, empezando a no prestarla a las cosas del entorno.

  • Una parte se queda atrapada en rumiaciones internas (“¿qué pasará si…?”),
  • Otra parte se dirige a señales del entorno (el aquí y ahora).

Es como si la atención tuviera dos polos (dentro y fuera) y en la ansiedad nos encerrasemos en nosotr@s mism@s.

El resultado precisamente es lo que llamamos una despolarización atencional: haces las cosas en automático y luego no recuerdas si las hiciste, porque tu atención está centrada en tus preocupaciones.


En el ejemplo que veíamos ahora: cerrar la puerta pensando en otra cosa y después dudar.

OPCIÓN 2:

“Estaba cerrando la puerta de casa, bajé al coche, y entonces me asaltó la duda de si habría cerrado o no la puerta. Desde entonces no puedo parar de pensar en eso, hago comprobaciones y vuelvo a revisar si he cerrado, pero aún y así no puedo pensar en otra cosa que en esa duda.”

Cuando aparece una duda obsesiva, no podemos parar de pensar en ella. Incluso muchas veces desarrollamos comprobaciones para calmar la duda, que muchas veces tienden a incrementar aún más nuestros estados de ansiedad.

Cuando la atención se pega demasiado a un estímulo, y te quedas enganchada a la duda, a eso lo llamamos hiperprosexia. Es cuando te quedas en bucle pensando: “¿y si no cerré bien?”, “¿Y si entra alguien?”, “¿Y si vuelvo y lo compruebo de nuevo?”…

OPCIÓN 3:

“Estaba saliendo de casa pensando en no dejarme nada, en si había cogido la cartera, en qué canción me iba a poner en el coche, y al salir de casa, no sé cómo, me olvidé de cerrar la puerta. ¡Suerte que mi pareja se dio cuenta!”

Este sería un ejemplo típico de la inatención, por así decirlo, “pura” propia de los problemas de atención en el TDAH.

El problema es diferente: no se trata de dudar (aunque por supuesto la duda puede aparecer), sino de que muchas veces la acción ni siquiera llega a hacerse y la persona no se ha dado ni cuenta.

La inatención hace que cueste iniciar y mantener la concentración en la tarea, por lo que con frecuencia se olvidan pasos básicos.

Ejemplo: salir con prisa y realmente no cerrar la puerta, o dejar el móvil en casa sin darte cuenta.

Diferencias clave

  • Despolarización atencional (ansiedad): lo haces en automático, luego dudas.
  • Hiperprosexia (ansiedad/obsesividad): lo haces, pero quedas atrapado en la duda de si lo has hecho, y lo compruebas y repites…
  • Inatención (TDAH): muchas veces ni lo haces porque tu atención se desvió.
 HiperprosexiaDespolarización atencionalInatención (TDAH)
DefiniciónExceso de atención centrada en un estímulo concretoPérdida de foco → atención dispersa en varios estímulosDificultad persistente para iniciar, mantener y organizar la atención en tareas
Cómo se notaNo puedes soltar una idea; quedas atrapadoSaltas de un estímulo a otro, interno y externoTe cuesta empezar, sostener la concentración y terminar tareas
EjemploRumiar sin parar un “¿y si…?”Intentar leer y distraerte con cada ruido/pensamientoAbres 5 pestañas, dejas 3 a medias, no acabas ninguna
Sensación subjetiva“Estoy enganchado a este pensamiento”“Estoy a mil cosas y no acabo ninguna”“No consigo ponerme, y cuando lo hago me pierdo rápido”
ConsecuenciaRigidez, agotamiento mentalFalta de concentración sostenidaBaja productividad, olvidos, procrastinación crónica
Claves de manejoTécnicas de desenganche (interrumpir rumiación, exposición)Técnicas de anclaje (respiración, checklist, entorno sin estímulos)Entrenamiento en hábitos, estructuración de tareas, medicación si procede

¿Cuándo preocuparse?

Todos podemos tener despistes normales. La clave está en la frecuencia y en el impacto en tu vida diaria.

  • Si los olvidos son puntuales, suelen ser simples fallos de atención.
  • Si van acompañados de ansiedad intensa, pueden formar parte de un patrón ansioso-obsesivo.
  • Si son persistentes desde la infancia y afectan al trabajo, estudios o relaciones, es recomendable valorar un TDAH en adultos.

Conclusión

Los problemas de atención y memoria no son todos iguales.

Detrás de un mismo despiste pueden esconderse la ansiedad, la hiperfocalización obsesiva o la inatención del TDAH.

Diferenciarlos es clave para abordarlos bien.

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Cada semana comparto estrategias sencillas y basadas en ciencia para mejorar tu concentración y tu bienestar.

Espero que esta información te haya resultado útil. Si tienes dudas en relación a tu caso en particular, no dudes en preguntármelo para que te asesore.

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