¿Conoces esa sensación de inquietud que no te permite pensar en otra cosa?
¿Esos síntomas físicos que te asustan y te dan miedo a que te ocurra algo malo?
Los que han presentado ansiedad saben lo terrible que puede llegar a ser. Sobretodo al principio, cuando uno no sabe qué le ocurre.
Muchas personas acuden a terapia con la sensación de que han perdido el control. De que ya no hay nada que hacer.
Sufren síntomas molestos, como opresión en el pecho, sensación de ahogo, mareos, nerviosismo…
Y esto les lleva a pensar que van a perder el control, a volverse locos, o incluso a morir.
Las personas que presentan ansiedad se sienten muy solas, pues cuando tratan de explicar lo que les sucede, a menudo se encuentran con respuestas como «trata de calmarte», «no pienses en eso», «respira». Y claro, es muy fácil decirlo, pero hacerlo ya es harina de otro costal.
¿Entonces qué ocurre? Pues que nos sentimos todavía peor! Porque:
1. Sufrimos ansiedad
2. Somos incapaces de hacer lo que «todo el mundo» haría, por lo que encima nos sentimos inútiles e incomprendidos.
Déjame que te diga que la ansiedad es algo que tiene solución, pero esta no suele ser obvia. Hay que conocerla bien, analizarla, saber contra quién te enfrentas. Y esto a veces requiere de ayuda, porque puede adoptar múltiples caras.
En su forma más intensa (que no la más grave) incluso puede llegar a presentarse en forma de crisis de pánico, extremadamente invalidantes para quien las sufre. Ya sabes,
esos momentos en que la ansiedad sube como si fuese electricidad por tu cuerpo, hasta llegar a tu nuca y tu cabeza, y llega un momento en el que sientes que no puedes controlar tu mente. En ese momento, empiezas a sentir calor, a temblar, a tener dificultades para respirar, a sentir que te aprisiona el pecho…
Por suerte, se acaba terminando, pero queda la duda de cuándo será la próxima crisis…
Desde la Terapia Breve Estratégica tenemos una manera de abordar la ansiedad de forma muy específica y personalizada. Concreta. Nada de largas terapias difusas donde no tienes claro el objetivo de la misma ni si esta te va a ayudar.
Vamos a empezar a trabajarlo desde la primera sesión.
Tendrás «tareas» que hacer en casa, y si las cumples al pie de la letra no tardaremos en «conocer al enemigo» y darle caza. A veces (muy a menudo de hecho!), terminarás haciéndote amiga de esta, dándole un nuevo significado a la ansiedad que te llevará a saber cómo aprovecharla en tu beneficio, si nunca vuelve a visitarte de nuevo.
Así que si lo necesitas, solo tienes que ponerte en contacto conmigo.
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